lunes, 5 de abril de 2010

Y así también es

lunes, 5 de abril de 2010
No quiero ni debo hablar de cosas que desconozco. Tampoco deberían pagar justos por pecadores (nunca mejor dicho...) Pero si algo está bien, lo está, y si algo está mal, lo está - no hay ni que decir que siempre hablo bajo mi punto de vista-.

La Semana Santa sevillana goza de una fama incuestionable, por su grandiosidad y por la forma de vivirla que tienen los autóctonos, tan fervorosa que se contagia. Y por eso mismo escribo esto, porque en una misma semana tuve la oportunidad de emocionarme y desilusionarme dentro de la misma fiesta. Fue el sábado, el gran Sábado Santo. Aguardaba en una esquina con unas amigas para ver pasar una de las cofradías más veneradas ese día, con nuestro dolor de pies y tiritando de vez en cuando.


Siempre creí que la costumbre consistía en que una fila de nazarenos flanqueara las imágenes del paso, una a cada lado, coinciendo con las aceras, haciendo barrera entre los que miran y los que ejecutan. Pero aquí, los penitentes iban en el centro, yo estaba en la acera, y todo el que quería pasar, pasaba por en medio. Claro, que con la cantidad de nazarenos que había...era normal que tuvieran que caminar por el centro, porque además de los propios penitentes, tenemos que contar los acompañantes: madres, padres, hermanos, amigos, parejas, gente que hace tiempo que no veían pero que allí se los encuentran... Era parcialmente entendible, puesto que la mayoría eran niños, pero...

¿Qué pasa con los nazarenos que se suben el antifaz o se quitan el capirote? ¿Los que comen y beben sin miramientos? ¿Los que salen de sus filas para preguntar "Cómo va er Sevilla"? ¿Los que desfilan mientras escuchan el partido? ¿Los que se acercan y preguntan "Tiene un sigarrito"? ¿Los que se ocupan de derramar la cera de su vela sobre los zapatos? ¿Los que se abrazan a los colegas mientras le juran que los quieren musho? ¿Los que apagan su vela una y otra, y otra, y otra vez...? ¿Los que tienen una persona al lado que se encarga de pornerle gominolas directamente en la boca y subirle los calcetines? ¿Los que se vuelven para hablar con el de atrás, y se paran, mientras la otra fila sigue avanzando? ¿Los que se reúnen para hacerse fotos de familia? ¿Los que empujan carros con velas nuevas y las varas de mando de los hermanos? ¿Dónde estaban los que componen la junta y que debían portar las varas?

Así no. Así no, cuando fueron los penitentes los verdaderos creadores de la Semana Santa, y no la Iglesia. Fueron ellos, los que por sus pecados fueron expulsados de la Iglesia, y debían mostrar su arrepentimiento para ser readmitidos. Eran pecadores confesos, y la penitencia debía ser pública, en la calle y a vista de todos. En el siglo IX, estos actos se fueron volviendo voluntarios, y la Iglesia asumió la penitencia como medio de purificación general, y los fieles siguieron con la práctica por pura devoción. DEVOCIÓN VOLUNTARIA.

Por tanto, las procesiones de Semana Santa eran (y son) inconfundibles porque eran, básicamente, actos de penitencia. Penitentes son todos los que hacen la procesión, nazarenos y, sobre todo, los costaleros, que cargan con el paso. Entiendo que las costumbres van desvirtuando con los años, pero habría que guardar un mínimo, la esencia, creencias aparte.


Yo estaba allí, parada en la acera y seria, contemplando el panorama. Recuerdo que alguien me preguntó: "¿Por qué estás tan seria?" Alguien tendría que mantener la compostura en aquel guirigay...

0 y yo digo...:

Publicar un comentario

 
[ Ciudadela ] ◄Design by Pocket, BlogBulk Blogger Templates