Qué alegría que suene Rufus Wainwright. Qué alegría saber que quien suena es Rufus. Qué alegría ver danzar al aire con las cortinas, y qué alegría ver cómo el sol, como los niños, se entremete entre las piernas de los bailarines e ilumina a retazos el salón. Qué alegría ver cómo las copas, tan estilosas, vibran al sentirlo. Qué alegría bailar en el salón libre de miradas o visitas por sorpresa. Qué alegría enmudecer a Rufus y que se escuche el silencio.
Qué alegría que las hojas sean tan verdes, las margaritas tan violetas, los azulejos tan azules, las paredes tan blancas y el patio tan andaluz. Qué alegría subir y bajar unas escaleras que conducen a MI habitación...con MI cama, MI armario lleno de MI ropa, MIS cuadros, MIS libros, MIS fotos, MIS recuerdos...MÍO. Qué alegría llegar, quitarme las zapatillas en el cuarto de baño y dejarlas allí tiradas. Qué alegría encontrar cosas mías por cualquier parte de la casa. Qué alegría ir a la cocina y buscar por toda la nevera, los cajones y la despensa eso que me apetece pero no sé que es.
Qué alegría verme reflejada en los espejos y enmarcada en los cuadros. Qué alegría sentarme a la mesa a comer con mis padres y a cenar con mis amigas. Qué alegría ver reír lo mismo a mi abuelo que a mi prima de un año. Qué alegría volver a ver parte de la familia después de varios meses y comprobar que nada ha cambiado, excepto el cariño, que cada vez es mayor. Qué alegría conocer a la gente con la que me cruzo, aunque ellos no me conozcan.
Qué alegría estar en casa.
Qué alegría que las hojas sean tan verdes, las margaritas tan violetas, los azulejos tan azules, las paredes tan blancas y el patio tan andaluz. Qué alegría subir y bajar unas escaleras que conducen a MI habitación...con MI cama, MI armario lleno de MI ropa, MIS cuadros, MIS libros, MIS fotos, MIS recuerdos...MÍO. Qué alegría llegar, quitarme las zapatillas en el cuarto de baño y dejarlas allí tiradas. Qué alegría encontrar cosas mías por cualquier parte de la casa. Qué alegría ir a la cocina y buscar por toda la nevera, los cajones y la despensa eso que me apetece pero no sé que es.
Qué alegría verme reflejada en los espejos y enmarcada en los cuadros. Qué alegría sentarme a la mesa a comer con mis padres y a cenar con mis amigas. Qué alegría ver reír lo mismo a mi abuelo que a mi prima de un año. Qué alegría volver a ver parte de la familia después de varios meses y comprobar que nada ha cambiado, excepto el cariño, que cada vez es mayor. Qué alegría conocer a la gente con la que me cruzo, aunque ellos no me conozcan.
Qué alegría estar en casa.
1 y yo digo...:
que alegría que nos cuentes estas cosas....besooooo
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