miércoles, 8 de diciembre de 2010

De Mario, para todos

miércoles, 8 de diciembre de 2010 2
"Aprendí a leer a los cinco años, en la clase del hermano Justiniano, en el Colegio
de la Salle, en Cochabamba (Bolivia). Es la cosa más importante que me ha pasado en la
vida."

Mario Vargas LLosa, discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura 2010


Esta entrada no necesita más palabras que las del protagonista. Para los perezosos, dejo el video; para los que gustan más de la lectura, os dejo el texto. Lo suyo es echar un vistazo a ambos: uno por su emotividad al hablar de su mujer, y otro porque así seréis más conscientes de todo, todo, todo lo que proclama.


Texto:

Videos (parte 1 y 2):

sábado, 6 de noviembre de 2010

Batámonos en retirada

sábado, 6 de noviembre de 2010 3
El progreso. Últimamente se escucha mucho esa palabra. Progreso. Pro-gre-so. PROGRESO. P-r-o-g-r-e-s-o. Prrrrogrrrreso. Progreso. ¿No es curioso que, cuando repites mucho una palabra, pierde su significado? ¿Que la certeza se vuelve insegura al pensar si está bien escrita o pronunciada? ¿Que sólo queda en nosotros la palabra, la pronunciación con distintas entonaciones, pero vacía, sin sentido ni acepción alguna? Progreso.

Y…¿qué es el progreso? Según la RAE,

progreso
(Del lat. progressus).
1. m. Acción de ir hacia adelante.
2. m. Avance, adelanto, perfeccionamiento.

Avance y perfeccionamiento. Eso es progreso. Y quiero que quede claro. Muchos de los que confían en su autoridad para dictaminar por el resto, toman las decisiones en nombre del progreso. Progreso, progreso, progreso...

Progreso es temer que los niños jueguen en la calle o en el parque; pero no que jueguen con videoconsolas a juegos macabros, sentados ante pantallas que cansan la vista. Progreso es que los niños sustituyan las carreras, los pelotazos y las risas y rabietas con otros niños por una televisión, que los mantiene inmóviles e insociables. Progreso es no saber qué pasa en el mundo pero sí en la vida de Belén Esteban. Progreso es que la fruta o el flan de tu madre se pudran en la nevera mientras babeas por un dulce hecho por una máquina, metido en un plástico y que venden por cajas. Progreso es recordar esos pasteles de bizcocho, hoja y nata, repletos de velas que centelleaban en la oscuridad, en donde sólo podía verse tu cara de ilusión tras la tarta; mientras tu hijo celebra su sexto cumpleaños con el payaso de McDonalds. Progreso es relegar la amistad a tres frases chorras en Facebook, quinientas fotos y un par de cotilleos por Tuenti. Progreso es investigar vacunas y tratamientos, y no encontrar remedio para la alergia a los libros. Progreso es poder decir tres obras de Stephenie Meyer y ser incapaces de citar tres de Shakespeare. Progreso es haber visto Avatar en cine, en cine 3D y tener el DVD, y no saber de qué va Psicosis. Progreso es pagar a los chavales para que no dejen el instituto, instalar ordenadores con internet en preescolar, cambiar las pastas y las fotografías de los libros de texto anualmente y encarecer las tasas a los universitarios. Progreso es Bolonia; que las empresas implanten la doctrina universitaria del robot y que los buenos profesores se vuelvan mudos, sordos, ciegos, mancos y cojos. Progreso es eliminar todo resto de seres humanísticos y poblar el planeta de técnicos y economistas. Progreso es dar derechos y restar deberes. Progreso es dar la razón a la madre y dejar sin hijos y con una hipoteca, aunque sin casa, al padre. Progreso es hacer plazas de alquitrán, sombras de aluminio y casas minúsculas a precio de palacetes. Progreso es una hora de atasco antes que una hora de paseo. Progreso es que los eficaces y eficientes se crucen de brazos mientras los incapacitados (que no discapacitados) se quejen por tener ingresos que superan su capacidad mental. Progreso es emplear a una persona para el trabajo de tres y que cobre como media. Progreso es jugar a la gallinita ciega con la crisis y amontonar cabezas en bandejas de plata, colas desesperantes en las oficinas del SAE y huelgas sin provecho. Progreso es Catar, ye o guion, hui truhan…


La RAE también hace progresos. O como ellos mismos dicen, “innovaciones y actualizaciones”. Antes de Navidad se publicará una nueva edición de la ortografía española, un tema que no se había tocado desde 1999. Su coordinador, Salvador Gutiérrez, dice que buscan una guía sobre todo "coherente" con los usos de los hablantes y las reglas gramaticales. Así que tendremos que volver a aprender a escribir.

Lo primero que hay que tener claro es el nombre de las letras del abecedario. Algunas letras recibían varios nombres, y para acabar con eso, proponen uno solo para cada letra: be para b; uve para v; doble uve para w y ye para y (en lugar de i griega), dicen que por motivos de pronunciación. Por tanto, nuestra i latina, se llama a partir de ahora i, a secas.

Y saber que hay letras que desaparecen. Ch y Ll, decid adiós porque se acabó. Se consideran dígrafos, es decir, signos ortográficos de dos letras. A todos los que no sepan cuántas letras componen el alfabeto, sabed que son 27 y no 29.

También es importante utilizar bien las tildes, así que para ahorrar fallos, vamos a suprimir algunas. Ya no es necesario poner tilde en la “o” que separa dos números. Para los estudiosos de la materia, el ordenador es la solución para los que no podían retener una regla tan simple como esa. “Como la o y el cero son diferentes no hace falta….” O y 0, sí son diferentes, sí... ¿Entonces lo de escribir a mano se acabó?

Más cosas… hasta ahora se podía escribir guion-guión, hui-huí, riais-riáis, Sion-Sión, truhan-truhán, fie-fié... La nueva Ortografía considera que estas palabras son "monosílabas a efectos ortográficos" y que, cualquiera que sea su forma de pronunciarlas, se escriban siempre sin tilde. Y no es una posibilidad, es una norma. Así que a partir de ahora, escribir guión, con su tilde en la o, será de paletos.


Y no queda ahí la cosa. Para la RAE, la K es una letra totalmente española, y la letra Q dejará de hacer las labores de K y C fonéticamente. Así que palabras como Qatar, Iraq o quórum, se transforman en Catar, Irak y cuorum. Y si queremos utilizar la versión antigua, deberemos hacerlo como si fuesen extranjerismos, en cursiva.

Progreso, progreso…¿Para qué, con qué fin, cambiar el nombre de un país? ¿Acaso, por aquellos resabidos y cultos de capital, deberíamos escribir a partir de ahora Madriz y no Madrid? ¿O Benidorm sustituirlo por Benidor? Aix…

Ya que estamos de cambios, también debería renovarse la propia RAE, Real Academia Española, y pasar a llamarse RAEI, Real Academia de Españoles Inútiles, porque en eso nos estamos convirtiendo. Gracias por apoyar la causa progresista.

lunes, 28 de junio de 2010

Llegó con tres heridas...y se fue con mil aplausos

lunes, 28 de junio de 2010 3
Sevilla estaba eufórica y exuberante este sábado. Una cabalgata para el Orgullo del Sur (en la que deberíamos haber participado todos por alusiones, ya que por el título entiendo que se alardeaba de ser sureño y no de otra cosa…), un concierto que llenó el Estadio Olímpico de seguidores que llegaron hasta allí buscando el descontrol vociferado por AC/DC. Sí, porque si alguien no tenía conocimiento de esto, AC/DC estuvo aquí… Pero permítanme que les diga, yo me quedo con mi plan. Un plan ni mejor ni peor, diferente. Un plan más apacible, cómodo, íntimo, delicado, melódico, poético y reivindicativo. Porque puedo decirles que el sábado pasó algo más que eso. Tuve una cita con Joan Manuel Serrat. Pero no estuve sola: 1799 personas más me acompañaron, porque el Teatro de la Maestranza se llenó hasta no poder más para ver un dúo tan increíble como real: Serrat (en cuerpo y voz) y Miguel Hernández (en alma y letra).

¿Una hora y media? No puedo decirles cuánto duró. Quedé embelesada desde el primer minuto, porque cuando te sientas allí, con el teatro a oscuras, la sala en silencio, aparecen los músicos tanteando el terreno y buscando su sitio en un escenario apagado, y la gente empieza a aplaudir con todas sus ganas, sabes que algo grande va a pasar. Y así fue.

Seis personas acompañaban a Serrat allí arriba, increíbles músicos a la altura de las circunstancias, una iluminación que hacía las delicias de los que allí estábamos, atónitos, ante un concierto que empezaba. Y por fin, sonó “la voz”. Al inicio, él seguía escondido entre bambalinas, pero su voz y “la herida del amor, la de la muerte y la de la vida” ya estaban por todos los rincones de la sala. En total fueron 20 los poemas que cantó para nosotros, mezcla de su último disco Hijo de la luz y de la sombra, junto al primero que publicó en 1972 con letras de Miguel Hernández. No voy a decir cuáles exactamente, puesto que no pretendo hacer de esta entrada una crónica al detalle de lo que pasó allí dentro. Eso me lo guardo para mí, y las 3600 personas que en total decidimos entregarnos al genio este fin de semana. Pero no puedo callar ante una de las actuaciones más bonitas y emotivas que he visto y vivido. Sentado sobre un taburete de terciopelo rojo en mitad del escenario, solo, con su guitarra y su voz, su voz y su guitarra, en la más estricta intimidad, comenzó a entonar:

Menos tu vientre,
todo es confuso.
Menos tu vientre,
todo es futuro
fugaz, pasado
baldío, turbio.
Menos tu vientre,
todo es oculto.
Menos tu vientre,
todo inseguro,
todo postrero,
polvo sin mundo.
Menos tu vientre,
todo es oscuro.
Menos tu vientre
claro y profundo.

Bueno, miento. No estaba solo, sentado en un taburete de terciopelo rojo, con su voz y su guitarra, su guitarra y su voz. Lo acompañaba una luz, un cañón de seguimiento que apuntaba hacia él, señalándolo entre los miles a los que logró reunir allí. Porque él tenía un brillo especial. Y cuando digo que tenía un brillo especial lo digo de veras, pues su guitarra irradiaba unos destellos blancos que se proyectaban sobre las paredes, sobre el público. Y él jugaba con eso. Mientras cantaba mecía su guitarra, recogida en su vientre, y la guitarra nos guiñaba desde allí debajo con delicadeza, como todo lo que allí se vio. Cosa bonita.

Y por supuesto, tengo que dar las gracias a mi madre. A ella le encanta la poesía, y lo primero que escuché del dúo catalán-valenciano fue Nanas de la cebolla en boca de ella. Me descubrió a ambos a la vez. Así que no pude no acordarme de ella cuando Serrat, tras una breve narración a modo de introducción, comenzó a cantar:

La cebolla es escarcha
Cerrada y pobre.
Escarcha de mis días
Y de mis noches.
Hambre y cebolla,
Hielo negro y escarcha
Grande y redonda.


Y así fue transcurriendo la tarde… Hasta que acabó. Minutos de aplausos tras presentarnos a su banda y sus técnicos, y de atreverse incluso a remangarse la chaqueta y taconear al compás de esas características palmas que los sevillanos rinden sólo a los mejores. Y es que Serrat fue todo un caballero. Y lo más importante. Se comprometió a volver con sus grandes éxitos para dejarnos de nuevo con la boca abierta. Chapó don Joan Manuel.

Aquí dejo una de las canciones que nos puso los pelos de punta. Genial a la vez que tristemente real. Disfrútenla tanto como yo, aunque no sea en directo.



viernes, 4 de junio de 2010

Uno de esos días

viernes, 4 de junio de 2010 1
Hay días y días, y después están esos días. Esos días en los que te levantas pesada y cansada; en los que tu cabeza se dedica a proyectar todos esos momentos, frases, personas y situaciones inútiles para todo menos para sufrir; en los que tienes que resignarte por no tener nada en el bolsillo, ni siquiera unos míseros 13€; días en los que los apuntes se traducen a jeroglífico y el sofá pincha, la tele aburre más de lo normal, nadie por internet ve tus señales de socorro, el teléfono es mudo, la compañía nula, la música insulsa y los libros ilegibles, la calle demasiado calurosa para andarla sola y el sueño que puede llevarte de un día a otro -cual máquina del tiempo- no aparece por ningún sitio; días en los que no hay nada en la nevera ni energía para llenarla; en los que la ducha te aísla unos minutos, pero sólo porque tiene una mampara, no poderes; en los que lo malo se multiplica por 10 y lo bueno se divide por la mitad.

En esos días… ¿El mundo gira en sentido contrario o yo estoy boca abajo? ¿Cómo se vuelve al estado diligente? ¿Cómo se hace para volver a sentirse parte del resto?

lunes, 10 de mayo de 2010

Descubrimientos I

lunes, 10 de mayo de 2010 1
Hoy he descubierto algo fascinante gracias a la radio. Dispuesta a echarme a la espalda otro día más, me puse mis cascos “aislarealidades” y salí a la calle. Yo, que siempre escucho los consejos mientras sean buenos, en uno de esos días en los que necesitas renovarte desplacé el radial…ggggg…hasta 98.8FM, Radio 3, uno de los hijos de RNE. Alguien me descubrió que Radio 3 da cosas buenas, y puedo afirmar con rotunda certeza, con asentimientos de cabeza, con aspavientos y hasta con un ejemplo, que así es.

Javier Gallego ‘Crudo’es el conductor de Carne Cruda, que visto así, más que un programa y su locutor parecen familia. Precisamente este no es el programa que suelo escuchar por el horario (de 14 a 15h, de lunes a viernes), pero hoy sí, y entrevistó a un personaje genial, y de forma genial. Simularon encontrarse en el vagón de un tren de mercancías, y entablaron una conversación informal a través de una chica, que servía de traductora. La historia del chaval es curiosa: los lazos familiares no estaban muy apretados que digamos, y los padres montaron un hotel en el que toda la familia debía mostrar su destreza ante los clientes. Todos los hermanos cantaban o tocaban algún instrumento, o ambas cosas. Y ese fue el estreno de su talento.

Es británico, tiene 32 años, y una voz que a alguien le puede resultar familiar… Su disco, Hobo, es un guiño a la vida de trotamundos que llevan los músicos. Y tiene pinta de que va a deambular bastante, pero en su caso con rumbo fijo a los escenarios de medio mundo. Dadle una oportunidad, si no os convence podéis devolverlo o cambiarlo por otro, pero tengo la corazonada de que tiraréis el ticket nada más escucharlo. Me pregunto qué pasaría si más de uno pidiera trabajo de esta manera… Merecedor de un aplauso. Plas, plas.






Señoras y señores, tengo el gusto de presentarles a Charlie Winston.


miércoles, 14 de abril de 2010

Padam Padam

miércoles, 14 de abril de 2010 3
Prostitución, drogas, pobreza, accidentes, excesos, amor, alcohol, enfermedades…y una gran voz. Todo eso y más rodea a una de las francesas más conocidas y admiradas en todo el mundo, y que sufrió desde el primer al último día de su vida: Édith Giovanna Gassion. ¿Qué no sabéis quién es? La increíble voz que una vez cantó La vie en rose, Edith Piaf.

Acabo de ver “La Môme” (aunque casi nadie conoce por ese título la película biográfica que Olivier Dahan hizo sobre ella en 2007) en V.O. con subtítulos en español… Y reconozco que escuchar el sensual acento francés le da más encanto a la película, y si encima ese inconfundible canto bronco a la vez que dulce acompaña, es difícil escapar.

Confieso que poco o nada sabía yo de esta mujer. ¿Que era francesa? Sí… ¿Que era cantante? Sí… ¿Que triunfó pintando la vida de rosa? Sí… Pero no que tuvo una vida tan llena de éxito como de miseria, colmada de fracasos amorosos, de grandes vicios, de penosas enfermedades… quizás por eso quiso darle un toque rosado… Su vida es una montaña rusa en continuo descenso que no puede dejar -y estoy segura que no lo hará- indiferente a nadie. Es una de esas películas que merece la pena ver por varias razones:

1. Porque la vida de Edith Piaf es lo suficientemente interesante como para conocerla.
2. Porque la interpretación de Marion Cotillard como protagonista es simplemente excepcional, tanto que ganó un Oscar (y éste sí que era merecido). Fabulosa interpretación y caracterización (maquillaje también ganó un Oscar), ¿o me diréis que no viendo estas imágenes?




3. Porque su trayectoria la llevó a encontrarse con artistas de la talla de Marlene Dietrich, de quien se dice le regaló un diamante de un cuarto de kilo a Edith por una apasionada noche de amor…
4. Porque las últimas escenas sobre su relación con el boxeador Marcel Cerdan son estremecedoras (a él le dedicó su Hymne a l’amour)
5. Porque en palabras de ella, si alguna vez dejaba de cantar, lo único que le quedaría sería morir. El escenario lo era todo, como ella misma demuestra, y como G.Moustaky (compañero de Piaf) decía de ella: “Los focos la dibujaban mejor que cualquier pintor por genial que fuera”.
6. Porque sólo por oír esa voz ya lo vale.

Aquí os dejo una joyita. Es una canción que todo el mundo ha escuchado y que tiene mucho valor, primero porque fue una de sus últimas actuaciones antes de morir, y segundo, porque es el resumen de una vida, su vida, en la que Je ne regrette rien (No me arrepiento de nada).







"No! no me arrepiento de nada. Ni del bien que me han hecho, Ni del mal, Todo
eso me da igual! No! no me arrepiento de nada. Todo está pagado, barrido,
olvidado... Me importa un bledo el pasado! Con mis recuerdos, he encendido el
fuego. Mis penas, mis placeres… Ya no los necesito! Barrí todos los amores y
todos sus temblores, los barrí para siempre, vuelvo a empezar de cero. No! no me
arrepiento de nada. Porque mi vida, porque mis alegrías, hoy comienzan
contigo...
"

miércoles, 7 de abril de 2010

Raíces

miércoles, 7 de abril de 2010 1
Qué alegría que suene Rufus Wainwright. Qué alegría saber que quien suena es Rufus. Qué alegría ver danzar al aire con las cortinas, y qué alegría ver cómo el sol, como los niños, se entremete entre las piernas de los bailarines e ilumina a retazos el salón. Qué alegría ver cómo las copas, tan estilosas, vibran al sentirlo. Qué alegría bailar en el salón libre de miradas o visitas por sorpresa. Qué alegría enmudecer a Rufus y que se escuche el silencio.

Qué alegría que las hojas sean tan verdes, las margaritas tan violetas, los azulejos tan azules, las paredes tan blancas y el patio tan andaluz. Qué alegría subir y bajar unas escaleras que conducen a MI habitación...con MI cama, MI armario lleno de MI ropa, MIS cuadros, MIS libros, MIS fotos, MIS recuerdos...MÍO. Qué alegría llegar, quitarme las zapatillas en el cuarto de baño y dejarlas allí tiradas. Qué alegría encontrar cosas mías por cualquier parte de la casa. Qué alegría ir a la cocina y buscar por toda la nevera, los cajones y la despensa eso que me apetece pero no sé que es.

Qué alegría verme reflejada en los espejos y enmarcada en los cuadros. Qué alegría sentarme a la mesa a comer con mis padres y a cenar con mis amigas. Qué alegría ver reír lo mismo a mi abuelo que a mi prima de un año. Qué alegría volver a ver parte de la familia después de varios meses y comprobar que nada ha cambiado, excepto el cariño, que cada vez es mayor. Qué alegría conocer a la gente con la que me cruzo, aunque ellos no me conozcan.

Qué alegría estar en casa.

lunes, 5 de abril de 2010

Y así también es

lunes, 5 de abril de 2010 0
No quiero ni debo hablar de cosas que desconozco. Tampoco deberían pagar justos por pecadores (nunca mejor dicho...) Pero si algo está bien, lo está, y si algo está mal, lo está - no hay ni que decir que siempre hablo bajo mi punto de vista-.

La Semana Santa sevillana goza de una fama incuestionable, por su grandiosidad y por la forma de vivirla que tienen los autóctonos, tan fervorosa que se contagia. Y por eso mismo escribo esto, porque en una misma semana tuve la oportunidad de emocionarme y desilusionarme dentro de la misma fiesta. Fue el sábado, el gran Sábado Santo. Aguardaba en una esquina con unas amigas para ver pasar una de las cofradías más veneradas ese día, con nuestro dolor de pies y tiritando de vez en cuando.


Siempre creí que la costumbre consistía en que una fila de nazarenos flanqueara las imágenes del paso, una a cada lado, coinciendo con las aceras, haciendo barrera entre los que miran y los que ejecutan. Pero aquí, los penitentes iban en el centro, yo estaba en la acera, y todo el que quería pasar, pasaba por en medio. Claro, que con la cantidad de nazarenos que había...era normal que tuvieran que caminar por el centro, porque además de los propios penitentes, tenemos que contar los acompañantes: madres, padres, hermanos, amigos, parejas, gente que hace tiempo que no veían pero que allí se los encuentran... Era parcialmente entendible, puesto que la mayoría eran niños, pero...

¿Qué pasa con los nazarenos que se suben el antifaz o se quitan el capirote? ¿Los que comen y beben sin miramientos? ¿Los que salen de sus filas para preguntar "Cómo va er Sevilla"? ¿Los que desfilan mientras escuchan el partido? ¿Los que se acercan y preguntan "Tiene un sigarrito"? ¿Los que se ocupan de derramar la cera de su vela sobre los zapatos? ¿Los que se abrazan a los colegas mientras le juran que los quieren musho? ¿Los que apagan su vela una y otra, y otra, y otra vez...? ¿Los que tienen una persona al lado que se encarga de pornerle gominolas directamente en la boca y subirle los calcetines? ¿Los que se vuelven para hablar con el de atrás, y se paran, mientras la otra fila sigue avanzando? ¿Los que se reúnen para hacerse fotos de familia? ¿Los que empujan carros con velas nuevas y las varas de mando de los hermanos? ¿Dónde estaban los que componen la junta y que debían portar las varas?

Así no. Así no, cuando fueron los penitentes los verdaderos creadores de la Semana Santa, y no la Iglesia. Fueron ellos, los que por sus pecados fueron expulsados de la Iglesia, y debían mostrar su arrepentimiento para ser readmitidos. Eran pecadores confesos, y la penitencia debía ser pública, en la calle y a vista de todos. En el siglo IX, estos actos se fueron volviendo voluntarios, y la Iglesia asumió la penitencia como medio de purificación general, y los fieles siguieron con la práctica por pura devoción. DEVOCIÓN VOLUNTARIA.

Por tanto, las procesiones de Semana Santa eran (y son) inconfundibles porque eran, básicamente, actos de penitencia. Penitentes son todos los que hacen la procesión, nazarenos y, sobre todo, los costaleros, que cargan con el paso. Entiendo que las costumbres van desvirtuando con los años, pero habría que guardar un mínimo, la esencia, creencias aparte.


Yo estaba allí, parada en la acera y seria, contemplando el panorama. Recuerdo que alguien me preguntó: "¿Por qué estás tan seria?" Alguien tendría que mantener la compostura en aquel guirigay...

miércoles, 31 de marzo de 2010

Así es

miércoles, 31 de marzo de 2010 1
Lunes Santo y toca madrugar. Así comienza la Semana Santa, pero no importa. Todo sea por llegar a Sevilla pronto. Horas muertas en una estación, compartiendo espera entre gente que no se conoce, y un plácido sueño de 45 minutos. Santa Justa ya me es demasiado familiar. Es lo que tiene transitar por aquí durante años: te haces amigo del lugar; las vías, los andenes, los controles de seguridad te son familiares, y te solidarizas con todos los que esperan allí sentados, como si perteneciérais a una misma religión. Pero ese día, al salir, nada más cruzar las puertas, lo que encontré era diferente.


Salí, y el viento me despeinó por completo, pero ese soplo de aire tenía algo especial... Olía a incienso. Era un olor suave, pero inconfundible. Supongo que será la forma que tiene Sevilla de dar la bienvenida durante esta semana. Ir y venir de gente, de maletas, y de miradas con miedo a la lluvia. El lunes, Sevilla era gris. Gris y Santa. Quizás por eso había tanto silencio.

Iba de camino a casa, cruzando un parque, y me pareció oír algo tan típico como una marcha de Semana Santa, resonar de cornetas y tambores. Intento afinar el oído (y la vista)...pero no hay nada. "Seguramente sea uno de esos tantos que escuchan música cofrade en sus coches..." Y entonces apareció.

Allí...tan dorado, tan elegante, tan sublime y tan majestuoso: la Hermandad del Polígono San Pablo, con su rey tan Herodes, sus soldados tan plumíferos, su sanedrita tan acusador, su Caifás tan conspirador y su Cautivo y Rescatado, aunque tan preso, encabezando el paso.La Fervorosa y Trinitaria Hermandad del Santísimo Sacramento y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado, Nuestra Señora del Rosario Doloroso, San Juan de Mata y San Ignacio de Loyola estaba pasando por delante de mí, por delante de mi casa, por delante de mi balcón, y yo no podía parar de sonreír.
Pero empezó a llover. Para entonces yo estaba ya en primera fila viendo el espectáculo, tan embelesada, que no sentí la humedad en la cara. El Cautivo apretó el paso y su banda siguió acompañando con la misma entrega, al igual que sus nazarenos y todos los que llenábamos las aceras. Y seguía lloviendo más y más. Y allí me quedé hasta que lo perdí de vista, en una esquina con mi maleta mientras las gotas me resbalaban por el pelo y la ropa. Pero hay momentos en los que el agua parece no mojar.

Aprovechando un corte entre los nazarenos, que más que alumbrar, a esas horas (14.00 h) andan al compás de su Señor, crucé la calle y corrí a mi balcón, un lugar privilegiado tengo que reconocer. Y desde allí sufrí al ver a la Virgen del Rosario parada en medio de cuatro esquinas bajo la lluvia. Llovía cada vez con más fuerza, y ahí estaban todos, impasibles ante el temporal y derrotados por dentro. Las túnicas se pegaban a los cuerpos, los nazarenos miraban al suelo y las gotas deshacían los pétalos que había sobre el palio, donde el agua corría varales abajo. Aún así, las únicas lágrimas visibles eran las de una Virgen que lloraba no por tener el manto mojado.

La banda se preparó para hacer sonar una marcha rápida que hizo correr el paso por Luis Montoto sin flaquear en ningún momento. Monumental chicotá. Pero ante la adversidad, encontraron su mayor apoyo. Los apalusos de todos los valientes que permanecían en la calle resonaban por encima de los tambores, y eso daba fuerza a unos costaleros que sufrían ahora por un motivo más. Todo el mundo rendía homenaje a una hermandad que demostraba tal entereza ante una situación tan lastimera. Y yo no pude hacer otra cosa que emocionarme.



Será que, a pesar de todo, Sevilla ya me toca adentro.


miércoles, 17 de marzo de 2010

Bienvenidos a mí

miércoles, 17 de marzo de 2010 3

"Nadie te recordará por tus pensamientos secretos"

Frase de G. García Márquez; frase que hay que grabarse a hierro en la mente, o al menos yo; frase que alguien me dedicó por mi bien y por el resto; frase que abre este blog.


Tal es la cantidad de pensamientos que llegamos a tener, que creemos que el 50% no sirven de nada, porque no llegamos a hacerlos, ni tan siquiera a decirlos. Y da la casualidad que esas mismas ideas que desechamos son las que más valen, porque son las que de verdad revelan tu "yo" más innato, la clave de lo que otros andaban buscando, lo que provoca una sonrisa que se hacía necesaria, lo que otros recordarán de ti. A fin de cuentas, tú.


Y yo quiero ser recordada por los que me ven cada mañana, los que me ven cada tarde, y los que me ven cada noche; quiero ser recordada por los que me ven a ratitos y por los que nunca me ven; quiero ser recordada por los que sólo tienen de mí una voz, una imagen, una frase o un gesto; quiero ser recordada por los que ni siquiera aún tengo el gusto de conocer; quiero ser recordada por los que yo recuerdo. Porque quiero estar cerca estando lejos, quiero decir todo sin la necesidad de decir nada, quiero vivir y ser vivida.


A todos los que entren aquí, bienvenidos. Y a los que no, también.



 
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