sábado, 6 de noviembre de 2010

Batámonos en retirada

sábado, 6 de noviembre de 2010 3
El progreso. Últimamente se escucha mucho esa palabra. Progreso. Pro-gre-so. PROGRESO. P-r-o-g-r-e-s-o. Prrrrogrrrreso. Progreso. ¿No es curioso que, cuando repites mucho una palabra, pierde su significado? ¿Que la certeza se vuelve insegura al pensar si está bien escrita o pronunciada? ¿Que sólo queda en nosotros la palabra, la pronunciación con distintas entonaciones, pero vacía, sin sentido ni acepción alguna? Progreso.

Y…¿qué es el progreso? Según la RAE,

progreso
(Del lat. progressus).
1. m. Acción de ir hacia adelante.
2. m. Avance, adelanto, perfeccionamiento.

Avance y perfeccionamiento. Eso es progreso. Y quiero que quede claro. Muchos de los que confían en su autoridad para dictaminar por el resto, toman las decisiones en nombre del progreso. Progreso, progreso, progreso...

Progreso es temer que los niños jueguen en la calle o en el parque; pero no que jueguen con videoconsolas a juegos macabros, sentados ante pantallas que cansan la vista. Progreso es que los niños sustituyan las carreras, los pelotazos y las risas y rabietas con otros niños por una televisión, que los mantiene inmóviles e insociables. Progreso es no saber qué pasa en el mundo pero sí en la vida de Belén Esteban. Progreso es que la fruta o el flan de tu madre se pudran en la nevera mientras babeas por un dulce hecho por una máquina, metido en un plástico y que venden por cajas. Progreso es recordar esos pasteles de bizcocho, hoja y nata, repletos de velas que centelleaban en la oscuridad, en donde sólo podía verse tu cara de ilusión tras la tarta; mientras tu hijo celebra su sexto cumpleaños con el payaso de McDonalds. Progreso es relegar la amistad a tres frases chorras en Facebook, quinientas fotos y un par de cotilleos por Tuenti. Progreso es investigar vacunas y tratamientos, y no encontrar remedio para la alergia a los libros. Progreso es poder decir tres obras de Stephenie Meyer y ser incapaces de citar tres de Shakespeare. Progreso es haber visto Avatar en cine, en cine 3D y tener el DVD, y no saber de qué va Psicosis. Progreso es pagar a los chavales para que no dejen el instituto, instalar ordenadores con internet en preescolar, cambiar las pastas y las fotografías de los libros de texto anualmente y encarecer las tasas a los universitarios. Progreso es Bolonia; que las empresas implanten la doctrina universitaria del robot y que los buenos profesores se vuelvan mudos, sordos, ciegos, mancos y cojos. Progreso es eliminar todo resto de seres humanísticos y poblar el planeta de técnicos y economistas. Progreso es dar derechos y restar deberes. Progreso es dar la razón a la madre y dejar sin hijos y con una hipoteca, aunque sin casa, al padre. Progreso es hacer plazas de alquitrán, sombras de aluminio y casas minúsculas a precio de palacetes. Progreso es una hora de atasco antes que una hora de paseo. Progreso es que los eficaces y eficientes se crucen de brazos mientras los incapacitados (que no discapacitados) se quejen por tener ingresos que superan su capacidad mental. Progreso es emplear a una persona para el trabajo de tres y que cobre como media. Progreso es jugar a la gallinita ciega con la crisis y amontonar cabezas en bandejas de plata, colas desesperantes en las oficinas del SAE y huelgas sin provecho. Progreso es Catar, ye o guion, hui truhan…


La RAE también hace progresos. O como ellos mismos dicen, “innovaciones y actualizaciones”. Antes de Navidad se publicará una nueva edición de la ortografía española, un tema que no se había tocado desde 1999. Su coordinador, Salvador Gutiérrez, dice que buscan una guía sobre todo "coherente" con los usos de los hablantes y las reglas gramaticales. Así que tendremos que volver a aprender a escribir.

Lo primero que hay que tener claro es el nombre de las letras del abecedario. Algunas letras recibían varios nombres, y para acabar con eso, proponen uno solo para cada letra: be para b; uve para v; doble uve para w y ye para y (en lugar de i griega), dicen que por motivos de pronunciación. Por tanto, nuestra i latina, se llama a partir de ahora i, a secas.

Y saber que hay letras que desaparecen. Ch y Ll, decid adiós porque se acabó. Se consideran dígrafos, es decir, signos ortográficos de dos letras. A todos los que no sepan cuántas letras componen el alfabeto, sabed que son 27 y no 29.

También es importante utilizar bien las tildes, así que para ahorrar fallos, vamos a suprimir algunas. Ya no es necesario poner tilde en la “o” que separa dos números. Para los estudiosos de la materia, el ordenador es la solución para los que no podían retener una regla tan simple como esa. “Como la o y el cero son diferentes no hace falta….” O y 0, sí son diferentes, sí... ¿Entonces lo de escribir a mano se acabó?

Más cosas… hasta ahora se podía escribir guion-guión, hui-huí, riais-riáis, Sion-Sión, truhan-truhán, fie-fié... La nueva Ortografía considera que estas palabras son "monosílabas a efectos ortográficos" y que, cualquiera que sea su forma de pronunciarlas, se escriban siempre sin tilde. Y no es una posibilidad, es una norma. Así que a partir de ahora, escribir guión, con su tilde en la o, será de paletos.


Y no queda ahí la cosa. Para la RAE, la K es una letra totalmente española, y la letra Q dejará de hacer las labores de K y C fonéticamente. Así que palabras como Qatar, Iraq o quórum, se transforman en Catar, Irak y cuorum. Y si queremos utilizar la versión antigua, deberemos hacerlo como si fuesen extranjerismos, en cursiva.

Progreso, progreso…¿Para qué, con qué fin, cambiar el nombre de un país? ¿Acaso, por aquellos resabidos y cultos de capital, deberíamos escribir a partir de ahora Madriz y no Madrid? ¿O Benidorm sustituirlo por Benidor? Aix…

Ya que estamos de cambios, también debería renovarse la propia RAE, Real Academia Española, y pasar a llamarse RAEI, Real Academia de Españoles Inútiles, porque en eso nos estamos convirtiendo. Gracias por apoyar la causa progresista.
 
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