Acabo de ver “La Môme” (aunque casi nadie conoce por ese título la película biográfica que Olivier Dahan hizo sobre ella en 2007) en V.O. con subtítulos en español… Y reconozco que escuchar el sensual acento francés le da más encanto a la película, y si encima ese inconfundible canto bronco a la vez que dulce acompaña, es difícil escapar.
Confieso que poco o nada sabía yo de esta mujer. ¿Que era francesa? Sí… ¿Que era cantante? Sí… ¿Que triunfó pintando la vida de rosa? Sí… Pero no que tuvo una vida tan llena de éxito como de miseria, colmada de fracasos amorosos, de grandes vicios, de penosas enfermedades… quizás por eso quiso darle un toque rosado… Su vida es una montaña rusa en continuo descenso que no puede dejar -y estoy segura que no lo hará- indiferente a nadie. Es una de esas películas que merece la pena ver por varias razones:
1. Porque la vida de Edith Piaf es lo suficientemente interesante como para conocerla.
2. Porque la interpretación de Marion Cotillard como protagonista es simplemente excepcional, tanto que ganó un Oscar (y éste sí que era merecido). Fabulosa interpretación y caracterización (maquillaje también ganó un Oscar), ¿o me diréis que no viendo estas imágenes?
3. Porque su trayectoria la llevó a encontrarse con artistas de la talla de Marlene Dietrich, de quien se dice le regaló un diamante de un cuarto de kilo a Edith por una apasionada noche de amor…
4. Porque las últimas escenas sobre su relación con el boxeador Marcel Cerdan son estremecedoras (a él le dedicó su Hymne a l’amour)
5. Porque en palabras de ella, si alguna vez dejaba de cantar, lo único que le quedaría sería morir. El escenario lo era todo, como ella misma demuestra, y como G.Moustaky (compañero de Piaf) decía de ella: “Los focos la dibujaban mejor que cualquier pintor por genial que fuera”.
6. Porque sólo por oír esa voz ya lo vale.
Aquí os dejo una joyita. Es una canción que todo el mundo ha escuchado y que tiene mucho valor, primero porque fue una de sus últimas actuaciones antes de morir, y segundo, porque es el resumen de una vida, su vida, en la que Je ne regrette rien (No me arrepiento de nada).
"No! no me arrepiento de nada. Ni del bien que me han hecho, Ni del mal, Todo
eso me da igual! No! no me arrepiento de nada. Todo está pagado, barrido,
olvidado... Me importa un bledo el pasado! Con mis recuerdos, he encendido el
fuego. Mis penas, mis placeres… Ya no los necesito! Barrí todos los amores y
todos sus temblores, los barrí para siempre, vuelvo a empezar de cero. No! no me
arrepiento de nada. Porque mi vida, porque mis alegrías, hoy comienzan
contigo..."